martes, 30 de julio de 2013

Siempre abrigamos deseos


Siempre abrigamos deseos

     Siempre abrigamos deseos… Los niños desean ser adultos; y deseamos que el tiempo pase rápido, muy lento o que se detenga; deseamos que llueva o que escampe; deseamos que nos quieran, y la verdad de todo es que cada cosa tiene su lugar y momento… Deseamos que algo suceda pronto, porque no tenemos la cultura de la espera, y así nos citamos con la persona amada, y nos desespera, cuando no llega en el momento convenido…
     Cuando está terminando un año, deseamos que se vaya pronto, y festejamos por el nuevo año, y nos alegramos por el que está finalizando; y luego deseamos que los días pasen rápido y que el año termine pronto, es como si viviéramos en una eterna desazón, y olvidamos que el tiempo inexorable pasa muy despacio, pero sin pausa…
     Yo no soy la excepción, también vivo deseos, solo que intento moderarme, para no darle alimento a las angustias, y deseo que no contamináramos, y viviéramos en paz, sin guerras, sin odios, sin injusticias; también deseo que prevalezca el amor que conduce a todo lo bueno, un mundo donde la verdad reine y que la vida de cada ser humano sea un sagrado derecho respetado por todos… Deseo que desterremos la ambición, la codicia, los lujos y vanidades, que no deseemos mal al prójimo, y sí le deseemos salud y bienestar…
     Deseo que los niños vivan sus tiempos propios de niños, que los adultos nos respetemos por igual, donde las mujeres cumplan siempre en el bien, y también los hombres respondamos en todo momento a la bondad…
     Deseo poder escribir a la bondad de los que me leen, que mis ideas les lleven a reflexionar para ser mejores, deseo que no nos conformemos con ser buenas personas, deseo que vivamos para buscar ser cada momento mejores personas…


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