¿Por qué estornudamos?
Cada uno de mis hijos en algún momento me
preguntó, -papá, ¿por qué estornudamos? Yo les daba alguna respuesta ocasional,
que parece los dejaba satisfechos, pero después me llegaban a preguntar, -papá,
y cuando a veces nos cuesta estornudar, ¿qué podemos hacer para lograr
estornudar?, y aquí yo acudía a mi memoria, y les decía que mi mamá me decía
que cuando no me saliera el estornudo, mirara de cara al sol, y así lograba un
buen estornudo, y yo les agregaba que para mí era efectivo, porque cuando eso
hacía, en verdad podía soltar un gran estornudo… Ahora cuando ya he sumado más
años a mi vida, sabemos que los cazadores de microbios, los biólogos,
bioanalistas, químicos, investigadores o médicos nos dicen que el estornudo se
produce por una espiración involuntaria, espontánea y repentina como respuesta
a algún estímulo sobre la membrana pituitaria… Confieso que si yo hubiera
sabido esa respuesta, no se las hubiera dicho a ninguno de mis hijos, antes les
habría inventado cualquiera otra salida graciosa y a la ligera… A mí me agrada
estornudar, pero no me gusta los estornudos seguidos, me cansan y me fastidian,
pero cuando estornudo, me encanta hacerlo con fuerza y ruidoso, siento como que
me libro de cosas molestas, y por eso me expando y relajo y dejo que salga con
toda libertad, a veces me he sentido avergonzado ante alguien, porque al
momento de estornudar se me ha escapado también una flatulencia, me disculpo, me
alejo un poco por si acaso; pero donde más me gusta estornudar es cuando estoy
solo en un sitio amplio y abierto, ahí sí, no me importa lo que quiera soltar
mi organismo, me río, grito fuertemente, me satisfago, me siento vivo y alegre,
muy alegre, siento que es una de las mejores y mayores libertades, siento que
es una gran apología al libre albedrío… Ahora mis hijos están grandes, casi
todos son adultos, la más chica tiene seis años, y no sé si en algún momento
leerán este asunto de los estornudos, pero mientras tanto yo espero seguir
estornudando, pero espero que no sea una seguidilla de estornudos, sino uno
nada más cada vez, para así sentirme dueño del aire que me queda, y dejar
escapar con alegría ese tanto de aire que bruscamente se me va, y me deja con
aliento, ilusión y alegría para volver a esperar algunos otros tantos
estornudos…
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