Andanza poética por el paisaje
venezolano (1)
Los hombres y mujeres poetas encuentran
motivos para sus haceres creadores en las formas del paisaje, aquí vamos a
plasmar una antología de hacedores venezolanos que le cantan al diverso paisaje
de nuestro país, y así nos iniciamos con Arnaldo Acosta Bello cuando de su
florilegio Canto Elemental, leemos en
la poesía Recuento: “Me iba por la
orilla / violenta de los ríos / y agrupaba mis pasos / donde la arena era / más
blanca y más callada”... Seguimos nuestro viaje lúdico por los estros poéticos,
y del poemario Acuareliñas de María
Luisa Alonso nos adentramos en la poesía Jazmines
donde leemos estos versos: “Centinela del jardín. / vertical sobre la
calle, / es milagro que no estalle / la tapia con el jazmín”… Continuamos con
este poeta de nombre griego y apellido aborigen, Dionisio Aymará, que de su
libro, Horario de Vigilia, extraemos
de la poesía Humano Poderío, y nos
dice en versos de La
Fuerza Original :
“En aquel tiempo eran los hombres todavía poderosos / y puros como el fuego y
el agua / que se levantan en el alba sobre los grandes bosques / tañedores de
verdes guitarras”… Mientras hacemos este recorrido poético, nos topamos con
Camilo Balza Donatti, y en su poemario Zumba
que zumba nos cautivan unos versos de Rosita
en flor: “Como una estatua de aroma / hecha con pulso del tiempo / su
nombre sabe a los frutos / más viejos que tiene el huerto”… Hay diversas maneras
de acercarse a nuestro paisaje, pensamos que una de ellas es cuando caminamos
por los distintos espacios de nuestra patria, por los llanos, por las playas y
mar, por las montañas y médanos, por los valles y ríos, y otra forma es por las
huellas escritas de nuestros poetas, hombres y mujeres que le cantan al paisaje
en sus variopintos modos, y en este caminar nos habla Pepe Barroeta, en su
florilegio Arte de Anochecer leemos
estos versos de la poesía Huerto de leche:
“Una vaca pasta. / En el recodo la miro bajar / y siento lamer su cielo de
rocío”… Cada persona tiene sus particulares gustos, y quizás no nos han sabido
presentar el amante gusto por la poesía, cuánto quisiéramos que este sencillo
esfuerzo, sirviera para que unos cuantos más aprendan a deleitarse en los
sabores intangibles de los versos, y entonces esta poeta Velia Bosch en su
poemario Arrunango nos sorprende con
estos versos de su poesía a lo humano y al paisaje, Muchachita negra: “Muchachita negra, / muchachita blanca, /
manecitas morenas / le nacen al alba / y lleva la noche / un oscuro cuento / en
el alma…”
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