lunes, 11 de febrero de 2013

Cosas idas y venidas


Cosas idas y venidas

     Han desaparecido las bodegas, las pulperías y las ñapas, nos cubre de nostalgia de cuando se hacía los circuitos de carreras de bicicletas de paseo y de reparto, de motocicletas y de carting, y las carreras en burros por las calles de Calabozo… También nos queda en el recuerdo de cuando funcionaban los cines Tropical, Lazo Martí, Guárico, Adriático y Páez, lugares donde nos encontrábamos y antes de la función cambiábamos suplementos ya leídos por otros no leídos… Recordamos cuando íbamos al parque la Aguada, donde había piscina, columpios, toboganes, manantiales, y la vegetación era abundante y variada, y en ella veíamos pájaros, monos, araguatos, iguanas, culebras, gusanos, mariposas… Rememoramos los templetes en las calles, a Freddy y su sexteto con aquellas canciones y bailes propicios para nuestros primeros enamoramientos… Hablamos de cuando se realizaban los juegos interliceístas entre los estados Apure, Anzóategui y Guárico, cuántas emociones y alegrías nos depararon aquellas competencias de voleibol, baloncesto, béisbol, gimnasia, atletismo y canto… Cuántos árboles emblemáticos han muerto o han sido cortados, como el almendro que estaba en la carrera 13 entre calles 6 y 7… Ya no existe la piscina de Misión de Abajo ni el Tinajón… Ya no llegan las embarcaciones a la escalinata, ni a paso de Mujica, que traían o llevaban distintas mercaderías y también pasajeros con sus cuentos y decires de sus angustias, zozobras y aventuras… Ya no se ven los estudiantes con sillas de extensión, tampoco vemos en las mañanas los encargos de leche y pan que eran dejados recostados a las puertas de las casas… Ya no escuchamos ni miramos las promociones publicitarias de leche, refresco o café, cuando andaban en camionetas muchachas muy lindas uniformadas y nos regalaban vasitos de leche o de refresco, y los muchachos corríamos detrás de la camioneta, para que nos dieran uno o más vasos del contenido según la promoción del momento, y los parlantes lanzando al viento alguno de los lemas: “Emeterio, ¿por qué tan serio, si la movida es con Pepsi?”, “Fanta, ese sabor que encanta”, “Negrito, con leche o marrón, más sabroso es café El Peñón, o el de la leche Young Dairy, “Amigo, si sigue así tan flaco, tan flaco, el viento lo va a tumbar de la mula”… También dejaron de salir los álbumes, para llenar con cromos, y cuando los completábamos, éramos premiados con dinero o con libros, como De la Tierra a la Luna de Julio Verne, Doña Bárbara de Rómulo Gallegos y otros títulos… Son tantas cosas que ya no están, tuvieron su encanto, nos dieron alegrías y amores, ahora son otros los escenarios con nuevos lugares, algunos amigos se han ido del pueblo o de la vida, han llegado nuevos amigos, y cuando recordemos tantas cosas idas, sigamos con entusiasmo nuestros días y noches entre calores y frescores, entre candelas, lluvias y retoños…


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