Ternura o asombro en la literatura
En el mundo de las letras toda creación es
válida, cada autor deja ver algún mundo de posibilidades, en donde el lector
encuentra conflictos, argumentos y soluciones ficticias o reales… Afortunados
los autores que en vida han tenido acogida, aceptación y triunfos, pero se da
los casos de autores que en vida no han tenido el favor del público ni de la
crítica, y como si fuera una ironía después de sus decesos físicos han sido
elogiados y sus obras solicitadas en grandes cantidades…
En Sainte-Foy-Les-Lyon nació en 1900
Marcel Achard, que se dedicó al teatro donde dio a conocer La vida es bella, Jean de la
Lune , Nuez de coco, El corsario, Iremos a Valparaíso, Membrú
se fue a la guerra… Pierre Brisson llegó a decir de Marcel Achard que es
dueño de “un estilo libre, desembarazado, que no es quizá un gran estilo, pero
que lleva una marca personal muy seductora”…
Cuando un escritor crea se adueña de la
libertad, no hay límites en las escenas por él desarrolladas, pintan una moral
propia del mundo de la literatura… Y en cuanto al estilo es característico de
su visión pensada y sentida…Ahora bien la libertad es infinita y el estilo
abarca pequeños o grandes mundos, sin que ello signifique pequeñez o grandeza
literaria…
El escritor elige su mundo de creación, en
él escucha la música en la inmensa posibilidad de armonías, y en ese mundo
busca salida a las diversas emociones humanas, y por tanto cuando leemos algún
género literario nos puede levar a sonreír, a pensar, a sentir o a llorar…La
escritura brinda un calidoscopio de colores y matices, que en algún momento nos
lleva a la ternura o al asombro…
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