Nuestro
Calabozo de otrora y de ahora
Con el paso del tiempo en
Calabozo y demás pueblos de Venezuela han desaparecido las pulperías y las
bodegas y con ellas se fueron las ñapas… Asimismo nos queda la nostalgia de
cuando se realizaban los circuitos de carreras de bicicletas de paseo o de
reparto por la avenida y calles y por la carretera nacional: comenzaban en la
plaza Bolívar, se recorría la carrera 12, hasta el cine Páez, se continuaba por
la carretera nacional hasta llegar al Ique, ahí seguía y llegaba a la avenida
23 de enero, hasta completar la calle 5, Bolívar; eran 15 o 20 vueltas que
terminaban en la plaza Páez o en la plaza Bolívar...También nos queda en el
recuerdo las salas de cine que funcionaban otrora con sus nombres Tropical,
Lazo Martí, Guárico, Adriático, Páez, estos eran lugares de encuentros en las noches,
en las mañanas o tardes; y los domingos a
las seis de la tarde se llenaba la iglesia de Las Mercedes, las muchachas
del liceo acudían a misa, y nosotros los muchachos pasábamos por un lado de la
iglesia, algunos esperaban a la novia en la salida de la iglesia, otros pasaban
a pie o en carro y se iban sobre todo al cine Lazo Martí, y ahí a partir de las
siete de la noche se buscaban con la mirada y se encontraban para entrar juntos
a mirar la película, en plan de enamoramiento o ya como novios declarados… En
esos años íbamos al parque La
Aguada , donde estaba una piscina de poca profundidad, también
tenía columpios, toboganes, ruedas giratorias, manantiales y una abundante y
variada vegetación, en donde se apreciaban pájaros, monos, araguatos, iguanas,
culebras… En las calles se montaban templetes, en la carrera 4 amenizaba Freddy
y su sexteto, en donde escuchábamos canciones y bailábamos ritmos propicios
para nuestros primeros enamoramientos o noviazgos…Se realizaban los juegos
interliceístas entre los estados Apure, Anzoátegui y Guárico, no sabemos el
sinfín de alegrías y emociones que depararon aquellas competencias de voleibol,
baloncesto, béisbol, gimnasia, atletismo… Algunos árboles emblemáticos han sido
cortados, para dar paso al concreto, como aquel almendro que estaba a un lado
de la calle 13…Ya no tienen vigencia la piscina ni el Tinajón… Ya no vienen las
embarcaciones que llegaban a la escalinata y Paso de Mujica, que traían y
llevaban mercaderías como telas, quincalla, víveres y pasajeros portadores de
cuentos y decires de angustias, zozobras o aventuras… Ahora no vemos las sillas
de extensión que usábamos los estudiantes en las calles o en la avenida en el
día o en las noches bajo la luz de los bombillos de los postes…Tampoco vemos en
las mañanas los encargos de leche y pan que dejaban delante de las puertas de
las casas… Se acabaron aquellas promociones publicitarias de leche o refrescos,
cuando en camionetas llegaban regalando vasitos de leche o de refresco, los
muchachos corríamos tras esas camionetas, para que nos dieran cuantos vasos
fueran posible, además de admirar a las muchachas lindas y uniformadas que eran
las que ofrecían los vasitos de leche o
de refresco… También dejaron de salir los álbumes que llenábamos con cromos, y
cuando los completábamos, éramos premiados con dinero o con libros como De la Tierra a la Luna de Julio Verne, Doña
Bárbara de Rómulo Gallegos y otros tantos títulos más… Esas cosas nos dieron
encanto, alegrías y amores… Ahora hay otros escenarios, algunos amigos se han ido,
tenemos otros amigos, y seguimos con entusiasmo días y noches de calores,
lluvias, candelas, o retoños en nuestro Calabozo de ahora…
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