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domingo, 5 de febrero de 2017

El reino de Dios es la presencia del amor

El reino de Dios es la presencia del amor

       Era viernes tres de febrero, se cumplieron ese día doscientos veintidós años del natalicio en Cumaná de Antonio José de Sucre, y salíamos de la sede de la Escuela de Historia del Área Humanidades, Letras y Artes, de la Universidad Rómulo Gallegos, ubicada en la Casa de Alto en calle 5, Bolívar, con carrera 12, San José, en la Villa de Todos los Santos de Calabozo; eran las cinco y media de la tarde, y me dijo Néstor León Espera a que te busque un libro de poesías, que te voy a regalar; al rato subíamos caminando por la calle 5, Ubaldo Ruiz, Víctor Luacho y yo, y comenté que estaba fresca la tarde con tan agradable alisio que estaba venteando; en la carrera siete Ubaldo se despidió, cruzó hacia la derecha, seguimos Víctor y yo, más adelante me despedí, en la carrera dos crucé hacia la izquierda, y Víctor siguió hacia la carrera uno; caminé hasta la parada de buses en la carrera cuatro, y ahí me senté a leer el libro que me terminaba de regalar Néstor, y en el epígrafe leo
                                        El cielo es un estado, no un sitio


verso que toma Leonardo González Alcalá del libro Salmos de la poeta venezolana Ida Gramcko; previamente había leído que Leonardo González es caraqueño, y el libro que en ese momento hojeaba y ojeaba fue escogido por el jurado de la XII edición de la Bienal de Poesía del Ateneo de Calabozo Francisco Lazo Martí; y me parece acertado ampliar la idea del epígrafe con el sentido dado por el barcelonés de Venezuela y mundialmente famoso Miguel Otero Silva, en la novela-poesía La piedra que era Cristo…,1984, en la página treinta y dos del libro de Editorial La Oveja Negra Ltda., Bogotá, cuando el escritor imagina a Juan Bautista y a Jesús en un momento a solas

       -Dice Juan: El reino de Dios está cerca. Por sus puertas entrarán, sin distingos de origen, todos los hombres justos, y también aquelllos pecadores a quienes el remordimiento enderezó sus conductas.
       -Piensa Jesús:
       El reino de Dios es ya presente, con todo el torrente de renovación moral que él trae consigo. Tú has dicho que el reino de Dios está cerca, y es cierto lo que has dicho, mas no cerca en la medida del tiempo sino cerca en el aire del espacio. Está tan cerca que si extendemos la mano alcanzaremos a tocarlo. El reino de Dios es la presencia del amor que ha comenzado a edificar el destino del hombre.                                                                                      Adelfo Morillo