Encuentros y
desencuentros
En la vida nos encontramos con personas
que nos guían por buenos derroteros, y por distintas circunstancias en algún
momento nos separamos, pero siguen siendo para nosotros faros amigos; y en ese
caminar nos encontramos con otras personas que vuelven a ser también buenos
orientadores, y así vamos avanzando en encuentros y desencuentros…
En Mérida nos conseguimos Mariela y yo, y
construimos una amistad de amor, ella pasaba por un desencuentro amoroso, y yo
estaba en el camino de mis estudios, pero al lado de mis precariedades
económicas, vivía confusiones y soledad, sin embargo una mañana ella me tomó la
mano, me miró a los ojos y me dijo Adelfo,
no estás solo, y seguimos acrisolando momentos de comunión llenos de
sensibilidad y belleza… Ella sigue en Mérida, yo estoy en Calabozo, pero con el
pensamiento me la encuentro en la montaña, y ahí seguimos conversando y
compartiendo, también me la consigo a orillas del Albarregas, Chama o Mucujún y
continuamos escuchando música y soñando, o caminamos y vamos agarrando guayabas
o pomarrosas, y de pronto ella suspira, cuando pasamos frente a una sencilla
casita y dice que le gustaría vivir así…Tuvimos el desencuentro físico por la
distancia, pero no es óbice para que yo escuche su tenue voz, ni para que
sienta su fragancia de mujer de amistad y amor…
Son encuentros y desencuentros con
personas guías de amor, pero después del desencuentro nos queda un perfume que
nunca llega al olvido; son tantos los desencuentros que he vivido, incluso
algunos se han ido físicamente, pero siguen en mí las conversaciones con
Ovidio, Miguel y Guillermo, que fueron orientadores de Latín y Griego Antiguo,
pero también fueron orientadores de buenos caminos de vida…
El lila de las flores de bora alumbran por
los idos, y las flores de frailejón, de mostaza y las silvestres orquídeas
parameras cantan por los desencuentros que nunca llegan al olvido, y con sol y
luna alegra cada nuevo encuentro que nos orienta amistad y amor…