Libertad y respeto
Somos terrícolas, y por haber nacido en un
determinado país tenemos una nacionalidad, y somos contemporáneos de miles de
millones de personas… Entonces tenemos en la eternidad un pedazo de tiempo, y
nos desenvolvemos en el espacio que podemos abarcar, y a eso se suma las
circunstancias políticas, sociales, económicas, culturales de las naciones y de
los ciudadanos…
En Suramérica predomina el castellano, y
en ese idioma Eduardo Acevedo Díaz, natural de Uruguay y en su trayectoria de
vida desde mediados del siglo XIX y comienzos del siglo XX pudo publicar las
novelas Soledad, Ismael, Nativa, Grito de
gloria, Lanza y sable, Brenda… Zum Felde dijo de Eduardo Acevedo Díaz que
llena “la ausencia de una epopeya nacional”…
Tomamos la novela Ismael para subrayar las circunstancias de este personaje, que
aparece como un forajido, y luego en la lucha por la independencia de Uruguay
aparece tras las filas de Artigas, y tanto Ismael como tantos más de su
condición forajida luego aparecen como héroes nacionales… Nos sirve esta novela
para reafirmar que la literatura se nutre de ficción y de realidad… La gesta de
independencia no solo es de Uruguay es común a toda Latinoamérica en esos
tiempos, como vemos en ese tiempo, y en ese inmenso espacio latinoamericano se
dan unas circunstancias comunes, que hacen de sus protagonistas bandidos o
héroes…
La libertad es una palabra y un derecho
humano, pero cuando todos seamos capaces de comprender el real significado de
la libertad, solo en ese momento empezaremos a actuar como seres humanos; es
pertinente recordar el lema de Benito Juárez, que luego se volvió un principio
universal, “el respeto al derecho ajeno
es la paz”…Dos palabras para la convivencia humana: libertad y respeto,
donde todos debemos gozar de libertad, y por ende respetar ese derecho para los
demás, por pequeño o grande que sea el espacio donde convivamos…