Las cosas bellas son difíciles
Jalepà ta kalà (las cosas bellas son
difíciles), es transcripción de griego antiguo, data de hace dos mil quinientos
años, aparece en un diálogo de Platón; y viene aquí de maravilla, porque por
allá por los años ochenta un grupo de profesores nos hicimos amigos, y entre
cosas de trabajo, en el Colegio Arzobispo
Silva hacíamos distintas ocurrencias, creamos Publicas (Publicaciones del Colegio Arzobispo Silva), hacíamos convivencias y retiros, cantábamos,
grabábamos, traducíamos griego antiguo, latín, francés, italiano, catalán,
castellano antiguo, inglés; y hasta creamos una revista de la que ahora no
recuerdo el nombre; mi amiga María Carmen rescató esta hoja nimbada de agua de
río y de barro, y me la hizo llegar por el mail (correo); y quiero confesar que
esta hoja corresponde al Editorial, que contiene tres textos, el introductorio
en prosa, escrito por Adelfo Morillo, la primera estrofa por Fredy Sosa, y la
segunda estrofa por María Carmen…
Editorial
En el ambiente se oía el rumor de la
brisa… Los picos irradiaban la luz de mil crepúsculos… Una mujer recoge en
sonrisas la dulzura del amanecer… El niño la mira en los puntitos transparentes
de las mariposas… Yo persigo el balanceo de una gota de lluvia en los dedos del
tulipán… Los niños sueltan sus sueños en barquitos de papel… El río corre
suavemente, nada dice, solo calla, y sin detenerse salpica el senderito de las
hormigas… Una brizna de azúcar brilla como la escarcha sobre el frailejón…Las
rosas se tiñen de frío y de auroras mientras una mirada amiga relumbra ternura,
vida y alegría…
El páramo habla y dice
A veces
extiendo la
mano para saber
si aun
existe el mundo
y se me
llena la mano de luna…
Y la goterita de luz silenciosa y
minúscula musita
Hay
que ser muy pequeñita
para sostener
la ternura en el pecho…
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