Andanza por nuestro idioma            133
    
Cuando se iba a hacer cachapas en la casa, se compraba un ciento de
jojotos; y mi papá mataba tortugas en el patio de la casa, y algunas de ellas
llegaban a tener un ciento de huevos y hasta doscientos y trescientos; ciento
lo formamos del latín centum…
    
Son tantas las cosas que siento con alegría o tristeza, siento tristeza
por los seres amados que ya no están conmigo en esta vida; siento alegría de
comer y beber lo que me he ganado con el esfuerzo de mi trabajo honrado…
    
Cien es forma apocopada de ciento, y así decimos cien niños, cien
mujeres, cien hombres; recordamos Cien
años de soledad, novela escrita por Gabriel García Márquez…
    
Cuando estaba muchacho hacíamos la pregunta ¿Cuánto hay de sien a sien..? Y sabíamos que no era una pregunta de
números, y nos posábamos una mano sobre la frente y extendíamos el pulgar hasta
una sien y el meñique hasta la otra sien, y respondíamos ¡Hay una cuarta..! Sien lo formamos del germánico sen, sentido;
el germánico o germánica es lengua indoeuropea, hablada por los pueblos germanos,
y de ella se derivaron las lenguas, nórdica, gótica, alemana, neerlandesa,
frisona y anglosajona…
    
Cientos de veces te he consentido, y otros cientos de veces lo vuelvo a
hacer, porque el amor que siento por ti es cristalino como agua de manantial; y
he revuelto cien besos en la miel de tu boca, y revuelvo cien más y miles más
hasta no saber cuántos, porque mi sien izquierda, la del lado del corazón
palpita anhelos, ternuras y delicias para ti, si estás presente o si estás
ausente…
    
Recordemos una estrofa de la canción Madrigal,
escrita por Felipe R. Goyco, Don Felo
                                  Yo contigo no
siento el sonar 
                                  de la lluvia
y el viento,
                                  porque llevo
tu amor en mi pecho 
                                  como un madrigal…
 
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario