Y aún más por la
alegría
En Venezuela, y aquí en Calabozo no es la
excepción, hombres y mujeres dicen que los hombres no lloran… Recuerdo que
lloré bastante siendo un muchacho, y ya adulto a solas también he llorado
tantas veces, y frente a alguien también he llorado en varias oportunidades…
Pienso que algunas veces, es cobardía que un hombre llore, pero hay ocasiones,
cuando mirar llorar a un hombre, nos conmueve, si es por dolor físico o moral o
por verdadera valentía… Si pudiéramos saber cuántas veces tantos hombres lloran
a solas, o junto a otras personas lloran sin lágrimas, sin quejas, pero con
hondo pesar y sentimiento de alma…
Sabemos que las lágrimas son por llanto o
por risas incontenibles, y estas lágrimas por risas así sea un hombre el que
las derrame, son compartidas y pasan exentas de críticas o burlas… A mi me
conmueve mirar a un hombre abrazando a los hijos, y por ese momento de afecto y
ternura lloro, o si miro una película con la que me identifico en la trama y
sus secuencias, sin darme cuenta lloro, y así son tantas las cosas que me
mueven al llanto; también recuerdo que lloré varias veces por rabia, ese llanto
sí intento no repetirlo, y para ello sé que no debo llegar a sentir rabias;
pero los llantos de dolor ante pérdidas de familiares o amigos, esos salen
espontáneos, y esos no los reprimo, pero busco que fluyan en parca intimidad…
Hay los lloros de despedida, confieso que
todavía no me gustan las despedidas, las evito, las rehúyo, porque si sabemos
que nos vamos a encontrar en algún momento, entonces pienso que no deberíamos
despedirnos, que solo debemos irnos con sonrisas, porque muy pronto volvamos a
encontrarnos…
Y en fin, hombres, lloremos
por tantas cosas, y aún más por la alegría…