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martes, 9 de julio de 2013

Una y otra caridad


Una y otra caridad

     Esta mañana me presentaron a Caridad, la mamá de una estudiante… Y me hizo recordar que yo tengo en mente escribir sobre la caridad… La caridad es un acto anónimo, pero hay fundaciones de ayuda a huérfanos, ancianos, enfermos, niños y adultos con cáncer, y no podemos ignorar sus acciones benéficas, y tantas de ellas son sostenidas por artistas, deportistas, gentes de negocios, y les dan publicidad, que si fueran anónimas no cumplirían con tan diversos beneficios, de tal manera que estamos ante un aspecto dialéctico, y yo en lo particular me inclino porque sigan las gentes y fundaciones y demás posibilidades que socorren y ayudan a los necesitados de ser atendidos, y aún más que todos los seres humanos con posibilidades para donar sigan multiplicándose en el mundo…
     Ahora en situaciones particulares entiendo que siga prevaleciendo la caridad como acto anónimo, según lo predica Jesucristo, y cuando alguien necesitado de caridad se presente, no lo eludamos con ningún tipo de omisiones, porque perdemos la gracia divina, pero eso sí que nuestra mano derecha no se entere de lo que hace nuestra mano izquierda
     Hay gente que implora caridad de mano amiga, otras ruegan por un abrazo, otras piden para comer, y otras no tienen abrigo… Nuestras manos laboran y dan, nuestros brazos protegen y sueltan, nuestras mesas reciben comidas escasas, suficientes o abundantes, y las mesas de comidas escasas son capaces de dar, y no falta decir que las mesas de comidas suficientes o abundantes con más razón deben dar, y si tenemos dos abrigos, podemos dar uno al que está al lado y sufre de frío, y hay tantas más necesidades en las gentes, y entonces nosotros en silencio y sin nombre podemos dar caridad…