Mostrando entradas con la etiqueta Tras de una vida sencilla 63. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Tras de una vida sencilla 63. Mostrar todas las entradas

martes, 15 de diciembre de 2015

Tras de una vida sencilla 63

    Tras de una vida sencilla                    63

       Simón Narciso Carreño Rodríguez, estos son los nombres que le dieron al que luego en la historia conocemos solo con los nombres de Simón Rodríguez, y cuya fecha de nacimiento fue el 28 de octubre, día de San Simón, de 1771, y Narciso por el 29 de octubre, día de San Narciso…
       Simón Rodríguez en el año 1794 escribe Reflexiones sobre el estado actual de la escuela y nuevo establecimiento de ella…, y estas son algunas líneas entresacadas de tal documento
      
       Cuando una cosa buena se desprecia, es por temeridad o por ignorancia…
       Cada uno refiere y sostiene las reglas, los preceptos, las distinciones, que recibió en sus principios: está satisfecho de que fue aquel el mejor método, tiene por falta el no haberlo observado, critica la novedad, y raros son los que conocen su defecto…
       No es propiedad de lo que se aprende en la Escuela el olvidarse, lo será lo que se aprende mal… Dígase que fue superficial la enseñanza y no que fue inútil…
       Para que un niño aprenda a leer y a escribir, se le manda a casa de cualquier vecino, sin más examen que el saber que quiere enseñarlo porque la habilidad se supone… ¡Ah! De qué modo tan distinto pensarían, si examinaran cuál es la obligación de un Maestro de Primeras Letras, y el cuidado y delicadeza que deben observarse en dar al hombre las primeras ideas de una cosa…
       Los principales obligados a la educación e instrucción de los hijos son los padres…

       El viernes 11 de diciembre estábamos escuchando la lectura que nos hacía María Toledo de su ensayo acerca de la Fundación de la Villa de Todos los Santos de Calabozo, cuando entró al aula el Tutor en Guárico Euclides Pérez, a quien le dimos la bievenida, y él de inmediato comenzó a informarnos diversos asuntos, conversamos, preguntamos, y al final disfrutamos de una pequeña merienda; me despedí y empecé a pensar acerca de qué escribir algunas líneas, y se me ocurrió ofrendarle a los participantes de la Especialidad de Lengua estas notas, poco conocidas, de Simón Rodríguez, gran Maestro de educación y de civilidad no sólo para nuestra patria, Venezuela, sino también para el mundo de la educación y de la cultura latinoamericana…
Adelfo Morillo