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domingo, 22 de noviembre de 2015

Tras de una vida sencilla 58


Tras de una vida sencilla                58

       Con la sequía me llegan olores de resolanas, en los pajonales mustios y tostados, y en las plantas cuando las riego en horas de la tarde; y en esta mañana de viernes me estuve sentado un rato bajo los mangos del Área de Ciencias de la Educación de la Universidad Rómulo Gallegos, poco antes de comenzar la actividad del día; a la hora fijada nos dirigimos al aula, entramos, nos sentamos, y estuvimos departiendo aspectos pertinentes con la jornada de evaluación; y en su momento Yárida dio inicio a su información, primero nos habló del Silbón, y luego de El Principito, eligió y expuso la parte en donde el aviador se encuentra en pleno desierto del Sahara, porque el avión que piloteaba sufrió una avería, y cansado de intentar arreglar el desperfecto, decide acostarse a dormir, y cuando despierta a la mañana siguiente escucha una vocecita que le dice

       ¡Por favor…, píntame un cordero!

       Y así fue discurriendo, Yárida, hasta completar la descriptiva narración de este encuentro; seguidamente María Cordero tomó la palabra, y nos dijo que ella había elegido el tercer planeta visitado por El principito, y ese planeta estaba habitado por un bebedor, y María trasladó esta imagen a la realidad en nuestros entornos, donde familiares, amigos y tanta gente se entrega a la bebida, acto por demás feo y reprochable, y que por efectos de la ingesta de alcohol se llegan a dar diversos hechos violentos y hasta trágicos; a esta exposición siguió la de Delia, y ella también nos habló del encuentro del aviador en el desierto con El Principito, pero abordó el asunto desde otra perspectiva; luego escuchamos a María Toledo, y ella nos dice que eligió el séptimo planeta visitado por El principito, la Tierra, y es aquí donde El principito se topa con el aviador en pleno desierto; a continuación Miraida nos habla del segundo planeta, a donde llega El principito, y aquí habita solo un vanidoso, que quería ser aplaudido y reconocido en cada momento, esto fastidió muy pronto al Principito, y Miraida hace alusión a Vanitas vanitatum, Vanidad de vanidades, que aparece en la Biblia, donde se nos lleva a reflexionar, para que no nos cansemos de agradecer y de alabar a Dios, por darnos salud mental y física, amor y fe cada día de nuestras vidas, y desterrar de nuestras almas todo indicio de vanidad; y Yelitza Maestre cerró la jornada hablándonos del segundo y tercer planetas visitados por El principito, y a su manera nos hizo analogías de vida de los caracteres que así miramos en el día a día, y que hasta familiares que conviven con nosotros, y también amigos, conocidos y tanta gente que viven alguna vanidad y asimismo de los perjuicios ocasionados por los excesos del alcohol…
       Iba a ser mediodía, el sol calentaba sobre las copas de los árboles, y pensaba en la diferencia de estas resolanas comparadas con el sol en el desierto, sin plantas, sin agua, y sin nubes que se posen por delante del sol y lo entolden, como decimos en medio de estos llanos, cuando el sol está bien fuerte como de tabardillos

       ¡Dios, qué se haga un toldo, y que este sol no nos queme tanto..!

                                                                                                Adelfo Morillo