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domingo, 6 de septiembre de 2015

Tras de una vida sencilla 9

Tras de una vida sencilla                        9

       En la meditación no buscamos huir de la realidad, no intentamos evadirnos, no, la realidad está ahí frente a nosotros, la bondad y sobre todo la maldad en tanta gente; pensemos en la flor, solo se muestra en su esplendor, y no todos la admiran y se alegran ante su presencia, tantos la ignoran, otros la arrancan, la cortan y la vuelven un negocio, y otros solo la arrancan y la tiran; y asimismo la tenue lluvia con su frescura, las nubes raudas en el horizonte, cada manifestación natural nos alegra, somos indiferentes o la dañamos…
       Este mundo cada día se cubre más de basura, de contaminación, de gentes con ideas de guerra,  o del consumismo irracional de las gentes que se creen muy importantes o superiores por el dinero que tienen a montones; por ese camino vamos directo y cada vez más pronto a la aniquilación de la flora y de la fauna en el planeta…
       En el cuento Le petit prince, El Principito, su autor Antoine de Saint-Exupéry escribe que El Principito comenzó a viajar para buscar aprender, y a donde primero llegó fue al planeta habitado solo por un rey; de ahí pasó al segundo planeta habitado por un vanidoso; siguió al tercer planeta y ahí moraba un bebedor de licor; siguió al cuarto planeta donde estaba un hombre de negocios; y el quinto planeta tenía el espacio justo para un farol y su farolero; el sexto planeta era diez veces más grande que el del farol y su farolero, y estaba habitado por un señor que escribía enormes libros; y finalmente el séptimo planeta en visitar El Principito fue la Tierra, y no terminó de aprender, al final solo le bastaba con mirar y cuidar su flor…
       Si miramos dentro de nosotros hacia afuera, vamos a encontrar cosas nuestras, los amigos a los que mortificamos y que nos mortifican, pero sobre todo nos reunimos y encontramos en el mutuo amor; los familiares a los que cansamos y que nos cansan; cada recuerdo y cada cosa llenos de sentimientos de ternura; y olores del arroz o del maíz tierno; si miramos dentro y fuera de nosotros, nos daremos cuenta de que somos responsables de todo lo bueno y bello que amamos, solo con amor podemos derrotar la maldad que anda en nosotros y fuera de nosotros…

Adelfo Morillo