Mostrando entradas con la etiqueta Tras de una vida sencilla 39. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Tras de una vida sencilla 39. Mostrar todas las entradas

viernes, 16 de octubre de 2015

Tras de una vida sencilla 39


Tras de una vida sencilla                 39

       Desde los doce años comencé a trabajar en la sastrería con el sastre italiano Piero, y ahora solo quiero recordar aquella mañana, cuando él estaba detrás de la mesa de medir y cortar, y yo estaba cosiendo a mano, y miro que está bajando pantalones y los medía con la cinta métrica o con la misura como él decía, y después de medir uno de kaki, me lo lanza y me dice Mídetelo…, me lo  mido, me queda bien, y me dice Es un regalo
       Recuerdo la primera vez que hice algo indebido en la sastrería, Piero se molestó y me mandó para la casa, al día siguiente cuando volví, me saludó cordialmente, le pregunté, si no seguía molesto, y me respondió Eso ya pasó
       Cuando aprobé el sexto grado, lo comuniqué en la sastrería, me felicitaron, y unos días después, Piero tomó un suéter y me lo dio, me dijo Es tu regalo por haber aprobado la primaria
       En Navidad se escuchaba en la sastrería el ¡Buon Natale..!, y un 31 de diciembre en horas de la tarde, dije a Piero Mi mamá viene de San Fernando de Apure, y yo le quiero regalar ese corte que está ahí, si me lo regala… Él lo tomó y me lo dio…
       En la sastrería pasé buenos tiempos, trabajábamos, hablábamos en italiano y en castellano, nos hacíamos bromas, y también a los clientes se le hacían bromas, recuerdo cuando Rocco Albisini se iba a casar, mandó a hacer el traje de boda en la sastrería, y lo último que le hicieron fue coserle al pantalón los bolsillos por dentro, todavía ahora me imagino al apresurado novio vistiéndose y tratando de meter las manos en los bolsillos…

Adelfo Morillo