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sábado, 19 de septiembre de 2015

Tras de una vida sencilla 17


Tras de una vida sencilla                    17

       Nuestro camino de vida es tan corto y nuestros afanes se terminan con nuestro postrero aliento, y creo que nunca alcanzamos la total pureza de espíritu, nos equivocamos tantas veces sin intención, mas sí podemos mantenernos en una vida de acciones y reacciones de bondad en uno mismo y para con los demás, seres humanos y seres vivos y seres inertes, y también sumirnos en armonía de paz con el mundo en su totalidad…
       En el cada día me pregunto y pregunto, miro, admiro y observo, intento ubicarme en presente, sin gastar angustias por el futuro, y el pasado se me vuelve una viñeta sepia y a colores de los recuerdos gratos idos. El sol nos prodiga cada especie de vida, desde los microscópicos seres hasta las más grandes y majestuosas manifestaciones, y en las noches de luna o sin luna seguimos palpitando y bullendo en este mundo junto con el gran concierto del universo… Y discurrimos entre afanes y reposos, andamos pequeños o largos senderos, y abrevamos aguas claras o turbias, y cuando  alcemos el rostro, elevemos gracias al Altísimo; y en mi vida particular continúo tras las huellas de una vida sencilla, y en mi fe, creo, amigos y amigas, que debemos seguir con firme voluntad para no apartarnos en ningún momento del camino de la verdad y de la vida…
       El camino de espinas es de dificultades, de lechos duros y hasta de posarnos en el suelo, de comidas escasas, pobres, insípidas, de ayunos y de hambres, de tropiezos y rechazos, y todo eso son forjas que nos preparan, nos fortalecen y nos prueban; porque nunca es el lujo y la abundancia de comodidades materiales lo que nos lleva al centro de un espíritu bueno y noble, no, nunca el dinero le dará brillo al espíritu; es el amor que lleva verdad, bondad y belleza, mas para vislumbrar estas cosas debemos transitar el camino de necesidades extremas, y en medio de ellas podemos flaquear, mas si no nos rendimos, y las vamos superando, con el paso de los días, cuando nos detengamos, para hacer pausas de reflexión, nos vamos a dar cuenta de que hemos salido incontaminados, con ojos de mirada firme y sincera, y sin titubeos nos volvemos a preparar para seguir desbrozando cada una de las dificultades que nos vaya presentando la rutina del cada día…
Adelfo Morillo