Tiempos de alegrías y atisbos de
amor
Cuando somos muchachos, solo vivimos sin
angustias, no filosofamos, no nos detenemos en pensar pros ni contras: reímos,
correteamos, bochinchamos, corrinchamos, hacemos travesuras y tremenduras… Yo
tuve la buena suerte de compartir con José y Asdrúbal, primos hermanos míos,
juntos caminábamos, correteábamos por las calles de Calabozo, cuando llovía,
partíamos palitos y los colocábamos en las aguas de las calles, y apostábamos
al palito que llegara primero a alguna esquina, jugábamos con metras, trompos,
perinolas y yoyos… José aprendió a andar en bicicleta, Asdrúbal y yo no pudimos
aprender en ese momento… Cuando yo estudiaba cuarto grado de primaria, comencé
a trabajar con Piero el italiano dueño de la sastrería La
Nacional , iba a la escuela en la mañana y trabajaba en la
sastrería en la tarde, ahí aprendí a coser a mano y a máquina, y recuerdo,
cuando una mañana estuve pensando el porqué no había podido aprender a andar en
bicicleta, y me dije que la clave estaba en no dejar de pedalear, y así
mantendría el equilibrio, yo estudiaba ahora quinto grado en la tarde, y
trabajaba en la sastrería en la mañana… Cuando me fui al mediodía a la casa,
llegué primero a la casa de los Pacheco, que vivían al frente, y le dije a Omar
que me prestara la bicicleta, que ya yo sabía andar, él con cara de burla me la
buscó y los demás hermanos y hermanas salieron para mirar y reírse de mí, yo me
dirigí al canal que pasaba por el patio de mi casa, me subí a la bicicleta y
empecé a pedalear sin caerme, ellos con los ojos bien abiertos del asombro, y
luego me fui a la calle, ahí me volví a montar en la bicicleta y salí
pedaleando hasta la esquina, frené porque cruzaba un carro, di la vuelta,
devolví la bicicleta, le di las gracias y me metí a mi casa, porque debía
arreglarme y almorzar para irme a la escuela Ramón F. Feo…
En esos tiempos de primaria participé en
equipos de voleibol y competíamos en intercursos, en la cancha jugábamos
futbol, y en los patios de la escuela jugábamos con metras y trompos, y junto a
todas esas cosas me gustaba estudiar, siempre me ha gustado estudiar,
curiosear, indagar, preguntar, observar y aprender, y como algo natural me gustaba
estar junto a las muchachas, conversar con ellas y compartir, y aún más con la
chica que me alegraba los ojos y demás sentidos, esos fueron tiempos de
alegrías y pequeños sobresaltos por los primeros atisbos de amor…