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miércoles, 12 de diciembre de 2012


Santero: José Bolívar

     Hace más de medio siglo que lo veo por los sitios de Calabozo, es jugador de bolas criollas, ajiley, truco, caída, siete y medio, malabarista, y cuentacuentos de tantas historias de vida; en un circunstancial romance con una mujer estuvo en varios lugares de algunos países… Es folclorista ejecutante de las maracas, entusiasta enamorado de la música llanera, y hasta recibió el reconocimiento como “Maraquero de Oro de Venezuela… Es un hombre cultor de sentir y hablar sencillo, casi toda la gente lo apoda “el brujo”, pero cuando se le trata personalmente, y alguien le dice “brujo”, él aclara:
     -Brujo, no, santero…
     Ni él sabe a cuántas parrandas ha asistido, ni en cuántas ha actuado acompañando con el ritmo de las maracas a cantantes de arpa y cuatro… Si se trata de improvisar, él también redondea algunos versos… En algún momento le escuché contar acerca de una apuesta, tal lance sucedió en la costa del río Matiyure, en Achaguas, resulta que hasta ahí llegaron con un contrapunteador, ponderado como el mejor entre los mejores, fueron con una considerable suma de dinero para apostarla en contra de José Gregorio Romero, apodado por José Bolívar, el Santero, como “Mandinga de la copla” (ahora fallecido); el contrincante fue un coplero de Quintero, lugar de Apure arriba, y la apuesta consistió en una sola copla por cada cantador, así se acordó el desafío, y cerraron el trato con dinero en mano… Comenzó el coplero de Quintero con esta estrofa letal:
     - A usted que le dicen el “Mandinga de la copla”, le voy a hacer una pregunta…          “A usted que es buen cantador:
                             ¿cuántas leguas anda el viento
                             y cuántas alumbra el sol..?”

     A la que responde el “Mandinga de la copla”:
                             “De la pregunta del viento,
                              del sol y su resplandor,
                              el único que sabe la respuesta,
                              es el padre Dios, nuestro Señor…”
     Y cuenta José Bolívar, el santero, que el coplero de Quintero se persignó, le dio la mano al “Mandinga de la copla”, y reconoció su derrota… José Bolívar dice que él lo apodó el “Mandinga de la copla”, porque parecía que este no fuera gente, era como si sacara las coplas como el mago saca lo impensable del sombrero, como si sacara las coplas debajo de la tierra… Así es el folclore aquí, allá y en todas partes se alimenta de dones y talentos puros, espontáneos o cimarrones…