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lunes, 4 de marzo de 2013

Plaza Miranda


Plaza Miranda

     En el que fue pueblo de indios Misión de la Santísima Trinidad o Misión de Abajo, ahí está erguida la estatua pedestre en bronce del Generalísimo Sebastián Francisco de Miranda, a quien se le conoce como Francisco de Miranda, y el prócer está con mirada tendida hacia el sur… Por el este bordea una calle con un manteco a la orilla de la acera, por el norte se encuentra la iglesia de Santa Rosalía de Palermo, por el oeste está ubicado un Centro de Diagnóstico, y por el sur la calle principal… Alrededor de la plaza hay varios mantecos y cerca de la estatua en contorno apreciamos varios orores… En la memoria sabemos de las diversas dificultades familiares y personales de Francisco de Miranda, de su vasta formación intelectual y de sus glorias militares en Estados Unidos y Francia, de su acercamiento con la nobleza rusa, y hasta rumores acerca de su posible romance con Catalina la Grande; asimismo conocemos de su incansable animo por la independencia de Venezuela y demás colonias latinoamericanas, y en su momento fue protagonista de los movimientos revolucionarios desde 1810 hasta 1812 en Venezuela, carrera que para él culmina después de la capitulación de 1812 ante Domingo Monteverde, cuando en una madrugada oscura fue apresado, entregado a Monteverde, que lo envía preso a España, hasta ser confinado en la cárcel de La Carraca en España, en donde seguramente vivió muriendo sus últimos años, porque no era alma para estar prisionera, sino para vivir y encauzar ideas y hechos de libertad, y esa madrugada también sigue siendo oscura en cuanto si hubo razones para acusarlo de traidor, y al respecto surgen diversas preguntas, que en lo que llevamos de historia desde ese momento, aún siguen esperando respuestas razonadas y justas, lo que sí no tuvo nada de oscura fue la expresión que profirió el Generalísimo cuando lo despiertan, y después de despabilarse le dice al grupo que está allí para apresarlo:
     -“¡Bochinche, bochinche, a esta gente le encanta el bochinche..!”
     Una expresión de una fuerza profética asombrosa, porque a nuestro país le ha faltado disciplina y orden sistemáticos y permanentes, y por dichas carencias no hemos adelantado en firmes discursos y en hechos de auténtico desarrollo para todos en cánones de justicia social, y causa primaria de nuestro ser y hacer como personas y como país ha sido el signo del bochinche en el que gastamos tantos esfuerzos y tiempo…