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viernes, 2 de enero de 2015

New Year

New Year

      Imagino a mis hijas Catalina y María Cecilia caminando sobre el puente Halpenny, sobre el río Liffey, en algún momento del amanecer o del atardecer, allá en Dublín, capital del Condado de Irlanda, que hoy comienzo de New Year quizás esté  bajo un cielo azul y de nubes en abigarrados matices… En esa provincia de Leinster no hay ciruelas de huesito, sí sé que hay vino y hay amor… Aquí en la Villa de Todos los Santos de Calabozo nuestra represa del río Guárico es un suspiro ante aquel mar de Irlanda… Una cosa, entre tantas otras, nos son comunes a los venezolanos y a los irlandeses el gusto que nos damos con las cervezas…En la antigüedad Dublín tuvo el nombre de Eblana, y en el siglo V fue cristianizada por San Patricio, en el siglo IX la ocuparon los noruegos, luego por los daneses; se transformó en reino hasta 1170, cuando fue conquistada por los normandos; Enrique II la toma dos años después, y fue principal centro comercial con Inglaterra; a finales del siglo XVII y durante todo el siglo XVIII Dublín se expandió considerablemente, y fue el foco más importante de la independencia irlandesa, y desde 1921 es la capital del Estado libre de Irlanda…
      En este primer día de New Year escribo por la libertad de las naciones y por la libertad individual, porque los hombres y mujeres debemos nacer libres, crecer, desarrollarnos y vivir en libertad, y debemos morir libres, y para ello la justicia debe ser humana, para cuando alguien infringe la ley, se le aplique en justa medida, para que obtenga la libertad en el momento preciso, sin demora y sin dilaciones…
      En este primer día de New Year me alegro con mis hijas que habitan en Dublín, y me alegro porque cada ser humano de este planeta disfrute de salud mental y física con amor… Canto por la libertad en Dublín, en Venezuela y en el mundo, y porque cada hombre y mujer la valore como un bien invaluable, y junto a la libertad que vivamos en paz y en amor con auténtico sentido humanista, en el Humanismo que nos hace comprender a los demás, en sus aciertos y yerros, en sus diferencias de piel y de criterios…

      A Catalina, a María Cecilia y a todos mis hijos que tengan hoy y siempre salud y amor, y eso es extensivo para cada uno de nosotros, hombres y mujeres, seres humanos en este maltratado planeta…