Mi fortaleza, el amor
Estuve en el patio,
regaba las plantas,
me detuve a arrancar ringuerringue,
seguí con el riego a las plantas,
me llegaban perfumes de follajes,
en los contornos un gallo cantaba
y otros gallos por otros lados alzaban su canto,
entre las plantas las matas de cariaquito,
paseaba la mirada entre ellas,
cuánta ternura en sus flores de variopintos colores,
lilas, anaranajados fueguinos, colorados,
rosadoblanquiamarillos, ternuras variopintas;
colores muy semejantes brindan las flores de las cuarentonas
y también las flores de los capachos;
y cuando estoy en los esteros,
me quedo entre las flores de boras,
nenúfares frente a lirios sabaneros;
mientras escribo,
escucho el tuutujú insistente de las torcazas;
cuántas cosas compramos por dinero,
y el gozo en verdad lo encontramos en tantas cosas
que no se compran,
tendemos la mirada y nos alienta el horizonte,
subimos la mirada y las nubes nos llevan a soñar,
nos estamos entre las plantas
y nos extasiamos con flores, formas, perfumes y colores;
pasamos nuestras vidas entretejidas de vaivenes entre alegríasy dolores,
entre dolores y alegrías;
y la vida tantas veces cruel
y tantas veces alegre la vida,
y así pasamos entre dolores y amores;
cada quien busque su canto,
si eliges la tristeza, ella contigo;
si eliges la belleza y la alegría, ellas contigo
y con tantos que son los más;
yo elegí el amor,
y a cada instante intento comprender,
para no apartarme de su camino
de verdad y bondad;
es tan difícil el amor para mi pequeña esencia humana,
mas este es el camino que nos lleva a Dios;
procuro ser manso y sencillo,
busco que la luz de amor me inunde de dulzura;
sé que soy fácil de caer en tentaciones
y esta es mi fortaleza, el amor,
en que a cada instante intento comprender,
para no apartarme de su camino
de verdad y bondad.
Adelfo Morillo
