Me iba a extrañar y yo
le gustaba
Mi hermana empleó a Juanita, para que la
ayudara en los oficios de la casa. Juanita era pequeña, morena y bonita, yo la
molestaba y le hacía bromas, recuerdo que yo estudiaba en el liceo, y cuando
regresaba de cada uno de mis exámenes finales, yo llegaba con cara triste y le
decía que no había aprobado, las primeras veces ella se lo creyó, y entonces yo
me reía y le decía la nota con la que había aprobado el examen…
Años después mi prima empleó a Josefina,
que ayudaba con los oficios en la casa, pero lo más agradable era que Josefina
reía por cualquier cosa, mi papá decía esa
muchacha es pura risa… Josefina era alta, morena, bonita y de risas y
sonrisas… Josefina me gustaba, yo le decía palabras amables y bonitas, pero
nunca me dio signos de que yo le gustara, yo ya había terminado bachillerato, y
mientras llegaba el tiempo de irme a estudiar a Mérida, trabajé vendiendo
seguros, compré ropa y ahorré dinero en Guárico – Apure… Yo tenía un radio y
colgaba un chinchorro en el patio, donde me mecía escuchando las canciones
sobre todo en Radio Rumbos, y algunas de las letras de esas canciones yo se las
cantaba a Josefina como Ritmo del alma,
Sé tú mismo, Motivos, Noelia, a esta
canción le cambiaba el nombre por Josefina, y le cantaba Hay una chica que es igual, pero distinta a las demás, Josefina, Josefina, Josefina…No olvido
aquella mañana de finales de abril, salí a buscar carro para irnos a Caracas y
de ahí tomar el bus que nos llevaba a Mérida a Enrique, a Dubine y a mí, y cuando
volví con el carro a buscar el equipaje, me despedí de mi mamá y de mi papá,
les pedí la bendición, y después me dirigí hasta donde estaba parada Josefina,
cuando fui a despedirme, le rodaron unas lágrimas por las mejillas, me abrazó
fuerte, pero no me dijo nada, me alegró y me dolió a la vez tal demostración de
afecto, porque solo en ese momento y sin palabras Josefina me dio a entender
que ella me iba a extrañar y que yo le gustaba…