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domingo, 21 de julio de 2013

Los malos momentos mejor es olvidarlos


Los malos momentos mejor es olvidarlos

     Genny y yo vivimos innumerables momentos buenos, allá en Mérida perseguíamos atardeceres, nos desplazábamos poco a poco en el carro desde Mérida hasta La Parroquia, y a orillas del Chama nos deteníamos, nos bajábamos del carro y ahí nos estábamos hasta cuando se ocultaba el sol, era Licenciada en Educación Mención Ciencias Biológicas, y trabajábamos en el mismo colegio, y estaba estudiando Bioanálisis, cuando se graduó, nos vinimos a Calabozo; también íbamos a diario al cine, no importaba el título de la película, solo entrábamos…
     Aquí en Calabozo tuvimos dos hijos, Jairo y Javier, pero al tiempo Genny y yo nos divorciamos, y Jairo y Javier ahora son médicos… La primera galantería fue cuando le dije que tenía las cejas muy lindas, y un día fuimos a almorzar a un restaurante en Mérida y me bajé a abrir la puerta del carro, para que se bajara, me dijo que eso le gustaba mucho, que fuera un caballero en atenciones, y ese día me regaló El amor en los tiempos del cólera, con portada amarilla que sirve de fondo para el barco de vapor, donde el autor Gabriel García Márquez embarca a Fermina Daza y a Florentino Ariza, y ahí todavía singulares enamorados siguen surcando las aguas del Magdalena…
     Con el paso de los años se nos fue el buen afecto mutuo, discutíamos, nos decíamos irrespetos, y no estaba bien, y ella aprovechaba esos momentos para recordar todas mis equivocaciones pasadas, yo la escuchaba y le decía no recuerdes los malos momentos, guarda y recuerda los momentos buenos que has tenido conmigo, los malos momentos mejor es olvidarlos