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jueves, 1 de agosto de 2013

Las culpas


Las culpas

     En una parte de una oración dice Señor, he faltado mucho en pensamiento, palabra, obra y omisión; y no pasa mucho rato, cuando estamos reincidiendo en faltas… Nosotros buscamos evadir nuestras faltas, y siempre conseguimos a quien culpar de nuestras faltas, y llegamos al colmo de culpar a Dios y de reclamarle… En la vida encontramos a mujer o muchacha comprometida con hombre o joven, y Dios le presenta mensajes como el que vaya hasta la casa del pretendiente, y ahí mire y presencie que este trata mal de palabra y de obra a la mamá, y no obstante la mujer o muchacha persiste en el compromiso, y se casan, y desde el primer día es maltratada de palabra o hecho por el marido, y escuchamos decir a la mujer o muchacha que Dios tuvo la culpa y hasta le reclaman diciendo ¿por qué Dios me merezco esto?, porque olvida que a veces Dios quiere que no hagamos algo, y lo hacemos, o también hay veces, cuando Dios quiere que hagamos algo y no lo hacemos, si somos honestos y sinceros nos daremos cuenta de que la falta es solo culpa nuestra…
     La mejor forma de andar en la vida es intentando no cometer faltas o equivocaciones, cosa muy difícil lo admitimos, porque nos encontramos con cada circunstancia cotidiana, para la que no estábamos prevenidos y por enojo, desesperación, impaciencia, o incomprensión nos equivocamos, y cometemos faltas… Si en todo momento tuviéramos presentes palabras y obras de amor, andaríamos preparados para dar buena respuesta a cada situación fea, desagradable o difícil, porque el amor que se molesta, pero no llega a la ira; solo el amor nos hace iguales en medio de nuestras diferencias; el amor comprende y no juzga, sí, el amor es el antídoto a todo lo que no se corresponde con el bien, es la salida sana y amable,  y todo ello sin dejar de reconocer en ningún instante que somos seres humanos, y por ende somos frágiles y falibles…