La extrañeza de existir
Sé que estás allí porque eres el otro,
el distinto, el que no soy yo.
Tú sabes lo mismo, por lo mismo.
Ambos compartimos, entonces,
la conciencia de ser
igualmente distintos:
el espejo necesario que
nos hace otros y nosotros,
que nos muestra el rostro
propio y ajeno en uno solo;
ese que nace del obsequio de
la
coexistencia,
de la maravillosa extrañeza de existir.
Arturo Gutiérrez Plaza