Jesús 13
Cuando Jesús dejó de orar, volvió con sus
discípulos, y los encontró durmiendo. Y dijo a Pedro ¿No han podido velar conmigo ni una
hora? Velen y oren, para que no entren en tentación. Por segunda vez se
apartó, y oró la misma oración, cuando volvió, otra vez los halló durmiendo; se
apartó de nuevo, y oró la misma oración, volvió, y otra vez los halló dormidos.
Entonces los despierta, y les dice Ha
llegado la hora. El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de pecadores.
Levántense, vamos. Aquí llega el que me va a entregar. Cuando Jesús aun
hablaba, llegó Judas Iscariote, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte
de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. Judas les había
dicho Al que yo bese, ese es, aprésenlo.
En seguida, se acercó a Jesús, y le dijo ¡Salve,
Maestro! Y lo besó. Y Jesús le dijo Amigo,
¿a qué vienes? Entonces se acercaron, echaron mano de Jesús, y lo
apresaron. Uno de los que estaban con Jesús, extendió su mano y sacó su espada,
hirió al siervo del pontífice, y le quitó la oreja. Entonces Jesús le dijo Vuelve la espada a su lugar, porque todos
los que tomen espada, a espada morirán. ¿Acaso no puedo orar a mi Padre, y en el acto me daría más de doce legiones de
ángeles? Pero entonces, ¿cómo se
cumplirían las Escrituras, de que así debe suceder? Y en ese momento Jesús
dijo a la gente ¿Cómo contra un ladrón han salido con espadas y palos a
prenderme? Cada día me sentaba con ustedes enseñando en el templo, y no me
apresaron. Pero todo esto sucede, para que se cumplan las Escrituras de los
Profetas… Entonces todos los discípulos lo dejaron y huyeron…