Es el momento de
empezar a dar respuestas de vida
¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? Las
preguntas forman parte de la esencia humana, preguntamos si nos quieren, sin
nos olvidaron, qué hora es, cuándo lloverá o dejará de llover, y es que el
aprendizaje está signado de preguntas…
Aún recuerdo las reiteradas preguntas de
cada uno de mis hijos en sus primeros años, por qué el cielo es azul, por qué
la gente muere, por qué el agua del mar es salada, a dónde va el agua de la
lluvia, por qué las nubes se mueven, de dónde viene la brisa, ¿en la luna hay
gente?, cómo nací yo, cuándo voy a ser grande como t; preguntas como esas y
otras más inesperadas e insólitas, que seguramente son las mismas preguntas que
hacen todos los niños en cada rincón del mundo…
Pienso que cada cosa que nos pasa, debe
crearnos preguntas, si nos equivocamos, por qué nos equivocamos, y buscarle una
respuesta positiva para no caer otra vez en la misma equivocación, si
enfermamos, y no nos visitan, eso debe causarnos preguntas, como si es que
somos ajenos a los pesares de los demás…
¿Cómo se le dará respuesta al crecimiento de
población?, en cuanto a los índices de basura y contaminación, a las cifras de
alimentos para tal demanda, al agotamiento de la tierras agrícolas, al agua
potable, y a los altos porcentajes de criminalidad…
Una
respuesta proactiva la expresó Teresa de Calcuta, comencemos por cada uno de
nosotros, no podemos ser indiferentes a las necesidades de los que pasan cada
día frente a nosotros, si compartimos lo que podemos con alguien más, y de eso
se hace una cadena interminable, nos protegemos y protegemos, porque así todas
las causas de necesidades básicas son atendidas, ¿esto es una utopía o puede
tener espacio en sentimientos y actuaciones de cada uno de nosotros..?
Pienso en preguntas, pero absolutamente ya
es el momento de empezar a dar respuestas de vida, pan a los hambrientos, techo
y abrigo a los sin techo, seguridad social a los marginados, así construiremos
paz, igualdad y alegría sincera…