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martes, 11 de marzo de 2014

En El Picacho 10



En El Picacho                       10

     Una mañana iba para el patio trasero de la casa, y miré un galápago grande queriendo salir por una parte de la cerca de alambre gallinero, trataba de trepar y resbalaba, corrí gritando y le dije a mi papá, él incrédulo me acompañó, y miró el galápago y lo agarró, y antes de matarlo y prepararlo para el almuerzo, no entendía de cómo entró ese galápago al solar, revisó la cerca por los cuatro costados de la casa, y no había hueco ni portillo por ninguna parte y la reja estaba cerrada, al final comentaba que eso era como una cosa de milagro…
     Después de mediodía una vez estábamos en el corredor que daba frente al río, y alguien de nosotros miró a un hombre que se había lanzado al agua desde la otra orilla, el río estaba bastante crecido, y mirábamos cómo el hombre braceaba, zambullía y volvía a surgir braceando, y así hasta cuando logró llegar a la orilla frente a nuestra casa, salió del río y estuvo buen rato tomando aire y descansando, alguien le preguntó, si se estaba entrenando, para participar en alguna competencia, y él cuando pudo hablar, respondió que solo lo hizo para probarse que lo podía lograr, y nada más para eso…
     Un día llegó a la casa un señor con una cajita que mostraba un espejo con una mancha, que parecía una especie de rostro humano, el señor, que dijo llamarse Basilio, afirmaba que era la imagen de la virgen, y para el caso le había hecho ese nicho con una base donde le colocaba una velita encendida, y más abajo una gavetica donde la gente que creyera y quisiera colocaba monedas o billetes, resultó que dicho señor también dijo que no tenía casa ni familia, y le llegó la noche con nosotros, mi mamá le preparó una vieja cama que no se usaba, y ahí comenzó a estar con nosotros, salía en el día, regresaba en la tardecita y algo traía para la cena y se lo daba a mi mamá, y pasó algún tiempo, y una mañana mi mamá fue a llevarle café y el señor Basilio estaba muerto, mi papá participó al prefecto y mientras comprobaban y certificaban, mi papá hizo una urna y la forró con lienzo negro y le colocó una cruz de madera, y después del breve velorio, lo fueron a enterrar en el cementerio de San Fernando de Apure…