El amor y las canciones son de la
misma esencia
Desde mis cinco años me ha gustado
escuchar música y canciones, también me gustaba mirar bailar, y aprendí a
bailar y todavía, cada vez que se da la ocasión, bailo…Me gusta escuchar a los
buenos y buenas cantantes, y me gusta las canciones de distintos tipos de
música y de ritmos… Desde esos primeros años de mi infancia también me ha
gustado cantarme las canciones que me llenan, me las aprendo y me las canto; ya
en cuarto grado de primaria me gustaba una compañera de clase, era blanquita,
muy linda, y para ese entonces estaba de moda una canción, y yo me la cantaba:
“Magia
blanca tú tienes,
me has
hechizado a mí
con tu
mirada coqueta,
con tu
manera de andar…”
Cuando estudiaba Humanidades en el liceo,
me gustaba otra chica, también era blanca, pelo amarillo y nos habíamos hecho
compinches, conversábamos, estudiábamos juntos, y discutíamos muchísimo, y para
ese entonces yo me cantaba la canción:
“Una
rosa
pintada de azul
es un motivo,
una
simple estrellita de mar
es
un motivo…”
Y ahora cuando recuerdo eso como ecos
lejanos, le insuflo vida a esas mismas canciones de mi infancia y adolescencia,
y me las vuelvo a cantar con gran alegría, y es porque el amor y las canciones
son de la misma esencia, y como escribe Naguib Mahfuz en Ecos de Egipto… “Me vienen a la memoria ahora las palabras del
sabio amigo; “El primer amor no es sino un entrenamiento del que se benefician
los afortunados que logran el amor de Dios”…