Del aljibe a la tinaja
Aljibe, palabra árabe alyubb, el pozo… Aquí en Calabozo es muy común el uso de los
aljibes, casi en cada patio de casa podemos observar uno de estos ojos de agua
cristalinos, en las mañanitas el agua de aljibe es tibiecita como senos de
mujer amada, y en el resto del día el agua es friíta con misterios de venas
subterráneas…
En casa tenemos un aljibe, bajo la sombra
de los mangos de la vecina, y al lado sobre el piso coloqué agua corriente y
distintos pájaros llegan a regalarse, saltan, bailan, cantan, se cortejan,
vienen y van, y nosotros nos regocijamos mirando el desfile de cosas que tales
pájaros nos ofrendan…
A algunos de esos aljibes les meten
galápagos y ahí retozan, y al mediodía es un espectáculo de colores la visión
que nos deparan las aguas del aljibe, cuando se filtran en ellas los rayos del
sol, el agua se mira límpida de un azul cristalino que atrapa todos los colores
del arco iris… Cada vez que contemplo tal impresión en las aguas del aljibe,
sueño despierto con un mundo de fantasía y de santas verdades, y siento que las
venas del aljibe manan amor…
Haz, Dios santo, que los corazones de
nosotros los seres humanos sean venas de aljibes, que manen amor, bondad y
verdad para vencer cada manifestación de maldad en este mundo, y que tu cielo y
tu reino de amor comiencen a florecer entre nosotros…
Canto al aljibe con música de arpas, bailo
con juegos de sebucán y de capachos, bebo en sus aguas de miel caricias de
querubes, y le escribo con letras de mastranto y con colores y fragancias de
flores de boras…
Me gusta caminar llevando agua del aljibe
hasta el tinajero, me acaricia la música que produce, cuando la escancio desde
la totuma a la tinaja, y en horas de la tarde es un don de Dios disfrutar del
agua de aljibe con sabor sombreado de tinaja…