Crónica de cada muerte
anunciada
A Gabriel García Márquez, in memoriam
Con este título parafraseo la obra de
Gabriel García Márquez, porque cada ser vivo desde el momento que inicia su
ciclo de vida, ya tiene su muerte anunciada, y en esa generalidad estamos
también los seres humanos, lo que no sabemos es cuándo, cómo y dónde va a dejar
de existir cada uno de los que conformamos el reino animal y vegetal…
Gabriel como sabemos es nombre de
arcángel, y García Márquez vivió dos veces Cien
años de soledad, los primeros cien años hasta mil novecientos sesenta y
siete cuando le publican la sin par novela Cien
años de soledad, porque hasta ese momento pasó infinidad de penurias y
necesidades críticas, entre ellas pasó hambre junto a la fidelidad de su
entrañable mujer, Mercedes, y los otros cien años fueron a partir de la fama,
del dinero en abundancia, Premio Nobel incluido, y estos segundos cien años
fueron de una soledad de vida privada, ya no podía disfrutar su olfato a sus
anchas en lugares públicos del abundoso olor de la guayaba…
En las líneas finales de Cien años de soledad leemos… las estirpes condenadas a cien años de
soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra…, pero García
Márquez no estuvo condenado a doscientos años de soledad, solo paladeó los
disímiles sabores de la vida, y Aracataca sigue siendo el pedazo de tierra
donde nació, y ahora este colombiano, mexicano, latinoamericano y mundial está
caminando teniendo como adoquines cada una de las estrellas…
Cada hombre y mujer dibuja un círculo a lo
largo de su vida, algunos lo hacen lamentablemente para ellos con malos trazos,
oscuros y odiosos, y otros y entre estos Gabriel García Márquez esculpen con
cinceles de diamante perfiles de perenne legado que se mantiene en la buena
memoria de hombres y mujeres a lo largo y ancho de este mundo…