Carta a una amada imaginaria
Ahora no escribimos cartas, estas se nos
quedaron en los recuerdos, como la carta que una vez recibí, donde una chica
decía que me quería, confieso que se fue al olvido el nombre de esa chica, pero
sí recuerdo cuando escribí una carta para una chica de mi amor, y aún me
sonrojo diciendo que no me atreví a entregársela, la escribí en papel rosado
con figuritas de corazones y florecitas, hasta la perfumé con ternura… En estos
tiempos de facebook, e-mail, twitter, páginas web, blog y mensajes de texto las
cartas se quedaron en la oscuridad del olvido… A los jóvenes les digo que no
abandonen las atenciones del galanteo, de coquetería y de la donosura en sus
encuentros de enamorados; ahora yo miro las diversas clases de belleza en la
mujer, y me sonrío con agradecido silencio… Si osara escribir una carta a una
amada imaginaria, en ella escribiría:
Hoy cuando te escribo, puedo decirte
quedamente que tu belleza te viene de la luna, y cada sonrisa que he visto en
ti, es una cadencia para sobrellevar lo difícil de la vida…No te prometo
quimeras, te ofrezco una casa con tierra para sembrarla de plantas que alegren
con sus flores, y que voy a estar contigo para comprenderte en tus faltas
humanas, y Dios hará para que tengamos con nuestro esfuerzo el pan de cada día,
sé que cantas y cuando cantes ocuparé ese momento solo para escucharte, y así poder
sentir que ese es un regalo de las armonías de tu voz… Solo espero que
comprendas: soy humano y también tengo mis faltas, pero no para herir nuestra
relación de confianza, amor y respeto… No me despido, porque siempre soy
aliento y cuerpo para nuestro tiempo juntos…
Y después de terminar esa carta, sepamos
todos que el mundo permanece orbitando, y por tanto hay contaminación, cada día
hay mas población, en distintos rincones del planeta hay tristezas, dolores y
alegrías, y la naturaleza se conmueve, se retuerce, convulsiona y nos siembra
miedo, catástrofes y muertes en cantidades, pero de la grieta más apartada
surge una flor diminuta, esplendente, para que prevalezca nuestro optimismo, la
fe y el amor…
Sí, ya ni recordamos las cartas, pero los
mensajes de bondad los damos y los recibimos cada día en las infinitas muestras
de convivencia amable y sincera de los seres humanos y demás fenómenos de
belleza y sensibilidad…