Mostrando entradas con la etiqueta Cómo una hoja iba a dar una flor. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cómo una hoja iba a dar una flor. Mostrar todas las entradas

viernes, 5 de julio de 2013

Cómo una hoja iba a dar una flor


Cómo una hoja iba a dar una flor

     Un día estaba sentado bajo el porche de mi casa, en la noche había llovido, y aspiraba el grato olor a lluvia, y las plantas del patio regalaban colores, frescuras y fragancias, y me sorprendió mirar que sobre una hoja de una planta estaba suspendida una florecita blanca con el centro de tenue amarillo, me pregunté cómo iba una hoja a dar una flor, porque se veía de forma singular, me agaché y pude darme cuenta de que la florecita se había desprendido de lo alto de una planta del patio, y la gravedad y la brisa la llevaron hasta encajarla en un huequito que tenía la hoja, y pensé que debió ser un gusanito que horadó de forma perfecta ese huequito en la hoja, y perfecto fue también el detalle de que tal hecho espontáneo y causal ocurriera para mi asombro matinal… Algunas veces cuando me siento bajo el porche, me vuelve a la memoria este pequeño y divino suceso, y esta mañana fue una de esas veces, y me llegué hasta la computadora, y mientras escribía estas letras, escuché el canto seguido del gallo en el patio, y escuchaba y sentía también la brisita que me llegaba del abanico, y no sé cuántos pajaritos cantaban, porque eran diversas las tonalidades de sus cantos….
     En la vida nos sorprenden tantos detalles, a mí me hacen hasta llorar las más pequeñas cosas; ayer en la mañana, no lloré, pero me sorprendió, cuando una estudiante morena de lunares en las mejillas y sobre los labios, me preguntó, si yo alguna vez había llorado por amar a una mujer, y yo con la más clara sencillez le dije que sí he llorado y lloro, porque cuando decido hacer pareja con una mujer, para con ella tener mi familia y mi hogar lo hago pensando y sintiendo que vamos a estar juntos hasta el final de nuestras vidas, y que lamentablemente no ha sido así, y cuando he tenido que renunciar a la relación de pareja, me ha dolido con dolor que no olvido…