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sábado, 20 de junio de 2015

Arte poética

Arte poética

       Este texto fue leído por su autora Sophia de Mello Breyner  Andresen en Lisboa, el 11 de julio de 1964, durante un momento del almuerzo de homenaje organizado por la Sociedad Portuguesa de Escritores, en ocasión de la entrega del Gran Premio de Poesía atribuido a su Livro sexto.  Nació en Oporto en 1919, el texto en portugués es traducción del poeta argentino, nacido en 1934.

        La poesía no me pide exactamente una especialización, puesto que su arte es el arte del ser… Tampoco es tiempo o trabajo lo que la poesía me pide… Ni me pide una ciencia,  ni una estética, ni una teoría… Antes me pide la entereza de mi ser, una conciencia más honda que mi inteligencia, una fidelidad más pura de lo que puedo controlar de la inteligencia… Me pide una intransigencia sin fisura… Me pide que arranque de mi vida que se quiebra, gasta, corrompe y diluye, una túnica sin costura… Me pide que viva atenta como una antena, me pide que viva siempre, que nunca duerma, que nunca me olvide… Me pide una obstinación sin treguas, densa y compacta…

      La poesía es mi explicación con el universo, mi convivencia con las cosas, mi participación en lo real, mi encuentro con las voces y las imágenes… El poema no habla de una vida ideal, pero sí de una vida concreta: ángulo de la ventana, resonancia de las calles, de las ciudades y de los cuartos, sombra de los muros, aparición de los rostros, silencio, distancia y brillo de las estrellas, respiración de la noche, perfume del tilo y del orégano… Esta relación con el universo define al poema con el poema, como obra de creación poética… Todo poeta, todo artista es artesano de un lenguaje… La artesanía de las artes poéticas nace de la propia poesía a la cual está consustancialmente unida… Si un poeta dice oscuro, amplio, blanco, piedra, es porque estas palabras nombran la visión del mundo, su ligazón con las cosas… No son palabras escogidas estéticamente por su belleza, son escogidas por su realidad, por su necesidad, por su poder poético de establecer una alianza… Es de la obstinación sin treguas que la poesía exige, de donde nace el obstinado rigor del poema… El verso es denso, tenso como un arco, exactamente dicho, porque los días fueron densos, tensos como arcos, exactamente vividos… El equilibrio de las palabras entre sí es el equilibrio de los momentos entre sí… Y en el cuadro sensible del poema veo hacia donde voy, reconozco mi camino, mi reino, mi vida…

      La cosa más antigua de que me acuerdo es un cuarto frente al mar dentro del cual estaba, posada encima de una mesa, una manzana enorme y roja… Del brillo del mar y del rojo de la manzana se erguía una felicidad irrecusable, desnuda y entera… No era nada fantástico, no era nada imaginario…, era la propia presencia de lo real que yo descubría… En Homero reconocí esa felicidad desnuda y entera, ese esplendor de la presencia de las cosas… Y también la reconocí intensa, atenta y encendida en la pintura genial de un buen pintor… Si decimos que la obra de arte forma parte de la cultura es una cosa un poco escolar y artificial… La obra de arte forma parte de lo real y es destino, realización, salvación y vida…

      La poesía es para mí una persecución de lo real… Un poema es siempre un círculo trazado alrededor de una cosa, un círculo donde el pájaro de lo real queda preso…Y si mi poesía partió del aire, del mar y de la luz, evolucionó, evolucionó siempre dentro de una búsqueda atenta… Quien busca una relación justa con la piedra, con el árbol, con el río, es necesariamente llevado por el espíritu de verdad que lo anima, a buscar una relación justa con la gente… Quien ve el espantoso esplendor del mundo es lógicamente llevado a ver el espantoso sufrimiento del mundo… Quien ve el fenómeno, quiere ver todo el fenómeno… Es cuestión de atención, de secuencia, de rigor…


      La poesía es una moral… El poeta es llevado a buscar la justicia por la propia naturaleza de la poesía… En el teatro griego el tema de la justicia está en la propia respiración de las palabras… Dice el coro en una obra de Esquilo Ninguna muralla defenderá a aquel que, embriagado con su riqueza, derriba el altar sagrado de la justicia… La justicia se confunde con aquel equilibrio de las cosas, con aquel orden del mundo donde el poeta quiere integrar su canto… Se confunde con aquel amor que, según Dante, mueve el sol y los otros astros… Se confunde con nuestra fe en el universo… Si frente al esplendor del mundo nos alegramos con pasión, también frente al sufrimiento del mundo nos revelamos con pasión… El hecho de estar formados de alabanza y de protesta testimonia la unidad de nuestra conciencia… Y el tiempo que vivimos es el tiempo de una profunda toma de conciencia… No aceptamos la fatalidad del mal… Como Antígona, la poesía de nuestro tiempo no aprendió a ceder a los desastres… Hay un denso rigor y de verdad que es intrínseco a la íntima estructura del poema, que no puede aceptar un orden falso… La obra del artista, del poeta, aunque hable solamente de piedras o de brisas, viene siempre a decirnos Somos por derecho natural herederos de la libertad y de la dignidad del ser