Andanza por nuestro idioma 152
La casa de todos es este planeta, por
tanto cada uno de nosotros es su huésped por tiempo limitado… En un pedazo de
tierra fijamos nuestra estancia, y la tierra nos permite lograr de ella los
alimentos, vestido y demás cosas necesarias para nuestro sustento cotidiano…
Un buen huésped ama la tierra, la respeta
y atesora, no la contamina de ninguna manera…
Los
huéspedes vivimos en comunidad, somos vecinos, y debemos convivir con intención
de no hacer mal al prójimo, sin envidias, ni mezquindades, sin mentiras, ni
zancadillas…
El planeta nos está enviando claros
mensajes, nos dice que se está ahogando, sin oxígeno en el aire ni en las
aguas, los volcanes tosen y escupen, las tierras se estrujan y estremecen, las
lluvias son diluviales en algunas partes, los incendios son infernales en otras
partes, los mares se retraen y vuelven con extrema violencia, los hielos se
derriten y las aguas suben de temperatura y anegan sin cesar…
Cada día estamos llamados a ser mejores
huéspedes, así lo reclama toda forma de vida animal y vegetal tanto acuática
como terrestre y aérea…
Yo levanto esta voz, y te llamo para que
tú también levantes tu voz, y unamos las manos en acciones de salud para cada
uno de nosotros y para todos…
Vayamos bajándonos de los automóviles, renunciemos
a ellos, caminemos, andemos en bicicleta y minimicemos el transporte masivo
tanto terrestre como aéreo y acuático…
No renunciemos a la civilización de amor,
sí debemos abandonar cada manifestación de barbarie que atente contra la vida
en el planeta…
Soy huésped, del latín hospes, y vivo en un rincón de calle
ciega, y lanzo letras con sentido de amor, respeto y paz, mientras también
intento ir superando mis tantas equivocaciones…