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lunes, 9 de junio de 2014

Andanza por nuestro idioma 101



Andanza por nuestro idioma            101

     Ahora en el alfabeto castellano decimos i; y, ye; b, be; v, uve; ese el nombre de cada una de esas cuatro letras; letra, del latín littera, si escribimos a mano, debemos ocuparnos en que cada letra sea legible, asimismo debemos estar pendientes de escribir cada palabra con las letras correspondientes…
     En el año mil novecientos setenta y tres comencé a estudiar Letras, Ovidio López fue mi profesor y amigo que dictaba Latín I; en Francés tuve a los profesores Liddy, Tyrode y Puren, que se ocuparon porque la Universidad me diera una beca; Miguel Marciales me dio Latín III y Griego Antiguo III; y la Universidad de los Andes, en Mérida, 1982, le publicó El castellano milenario, y en la página 55 leemos Una clase, referencia de Lourdes González, Profesora del Departamento de Literaturas Clásicas de la Universidad de Los Andes, que fue alumna del profesor Miguel Marciales

     La clase era sobre los sustantivos de género neutro de la segunda y tercera declinación. La oración podría haber sido “Balnea, vina, Venus corrumpt corpora nostra, at vitam faciunt balnea, vina, Venus” de los “Poemas Epigráficos”. Luego era abrir una oración en mil puertas hacia el mundo y hacernos entrar por cada una de ellas. El Latín se convertía entonces en una mera llave:

     Balnea: balneum, balnei n. baño pero también hay el cultismo “balneario”. Mas lo importante era sumergirse un rato en las magníficas piscinas de agua fría y caliente de las termas de Caracalla y recorrer juntos esa espléndida edificación de mármoles frigios o laconios, hecha para el baño de placer, para la reunión política y para exposición artística permanente. Lo importante era oponer el ágora griega a los “balnearia” romanos. Vinum, vini n.: un pretexto para hablar de los distintos vinos (álbum, atrum), de las distintas regiones, de las proporciones de mezcla.

     Poto, pinoo y hasta bibo, bibere están relacionados pues la raíz es poi –o tal vez pi-. ¿se dan cuenta? Y de ahí tenemos pócima, poción, potable y simposio también: sim (syn) –posio (posium). Los simposia eran reuniones con abundante bebida ¿se fijan? Lo que pasa es que hoy día no se atiene a la etimología y por eso son tan aburridos.

     ¿Y Venus, profesor?

     ¡Ah! Venus, veneris: diosa de la gracia, de la seducción, del mar (los marineros dicen La mar). Era la misma Astarté de los fenicios, la Atargatis de los sirios y la Mylitta babilonia. La raíz wen –(ven- us) es la misma que tenemos en viernes (vener-di, día de Venus) y en el friday del inglés: día de Frigg, diosa del amor de los germanos. Esa raíz wen –también la encontramos en venerar, venerable ¡y en venéreo! ¿No se les había ocurrido que lo venéreo y lo venerable provienen de la misma raíz?

     Y con esa frase llena de efecto y picardía concluiría una clase. Para él traducir una oración era traducir un mundo.