Andanza por nuestro
idioma 96
El latín tiene la forma miscere con sentido de mezclar, mecer,
mover, en castellano empleamos mecer en distintos aspectos; podemos mecer la
cuna de un niño, Carmen se mece en el chinchorro y mi hermana se mece en la
mecedora y yo las miro, mientras me mezo en el columpio, o me columpio una y
otra vez; en el juego de envite y azar, cuando alguien se alía con otra
persona, para ganarle con ventaja a otro, decimos que lo están meciendo, o que
le están montando un chinchorro o una hamaca…
En mis tiempos de muchacho en El Picacho y
en Calabozo cómo me gustaba disfrutar meciéndome en mi chinchorro, y todavía
siento que no hay nada como estar acostado y meciéndose en un chinchorro, tanto
es así que en casa, hice colocar alcayatas en los dos corredores, y cómo es de
sabroso, cuando me acuesto y me mezo y mezo, mientras miro pájaros, plantas y
flores en el patio…
A nuestra bisabuela María Obdulia Olivares
la tuvimos hasta muy viejecita, y cuando mi prima Aleida y mi hermana Pina
tenían a los hijos pequeños los acostaban en un chinchorro, y mientras ellas
estaban ocupadas en quehaceres de la casa, dejaban a alguno de los niños en el
chinchorro con cabuyeras templadas, que impedían que el niño se fuera a salir
del chinchorro, y dejaban que la abuelita Obdulia se encargara de mecer y mecer
al niño o niña, y ella así se estaba mece que mece, hasta cuando el mecido o
mecida se despertaba y empezaba a llorar, y lloraba y lloraba, y entonces a la
abuelita la escuchábamos alzando la voz ¡Aquí
está este muchacho chiflandooo..!
Cuando estudiaba primer año de
bachillerato en el Liceo Humboldt, donde ahora funciona el Colegio Teresa de la
Parra, en uno de los recesos me estaba meciendo en una rama de mango, sonó el
timbre y me solté primero de las manos antes que de los pies, y caí sobre mi
trasero, el golpe me dejó aturdido, y me fui envarado y soportando el dolor sin
decir nada hasta el salón…