Mostrando entradas con la etiqueta Andanza por nuestro idioma 94. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Andanza por nuestro idioma 94. Mostrar todas las entradas

viernes, 6 de junio de 2014

Andanza por nuestro idioma 94



Andanza por nuestro idioma         94

     La palabra masa la tomamos del latín massa, y así decimos masa a la mezcla usada en albañilería, masilla se emplea en latonería y albañilería, masa se le dice a los residuos de abscesos, barros y espinillas o acné, masa de billetes, para indicar que se trata de bastante dinero, a las multitudes se les dice masa, La rebelión de las masas es un libro escrito por el español José Ortega y Gasset, que, a pesar de haber sido escrito en mil novecientos treinta, todavía tiene razonados argumentos, para ser considerados en la discusión política; y en la cocina se emplea masa para pan, buñuelos, hayacas, tamaros o bollos, tortas, ponqués, tequeños, empanizado, cachapas, quesadillas, gofios, casabe, naiboa, rosquillas, panquecas, y también se usa masa para hacer orejitas, arepas..
     A mi mamá cuando estábamos moliendo el maíz, no le gustaba que dejáramos caer masa al suelo, y menos que la pisáramos, un día le pregunté por qué le molestaba, y me dijo Una vez llegó una viejita de visita a una casa, y la mujer de la casa estaba moliendo el maíz, y dejaba caer masa al suelo y la pisaba y repisaba, y la viejita le preguntó, si le podía regalar una arepa, la mujer le respondió con gusto que sí, pero la viejita le dijo -Quiero que me la haga de la masa que está en el suelo…, a la mujer eso le parecía una ofensa, pero la viejita le insistió que no era ofensa, que se la hiciera de la masa que caía al suelo, la mujer no entendió el porqué de la insistencia de la viejita, pero accedió a hacerle la arepa de la masa del suelo, de ahí recogió suficiente masa para una arepa, la amasó, le dio forma y la asó en el budare junto a las otras arepas, cuando estuvo cocida, la arepa se miraba más mustia que las otras, se la sirvió en un platillo a la viejita, que la partió en dos pedazos y en los bordes del corte se miraba sangre, la viejita le dijo -Yo soy la Virgen, y la sangre es la ofensa que se le hace al pan bendito, cuando se deja caer al suelo y se le pisotea…
     Cuando la situación es precaria, escuchamos o decimos ¡La masa no está pa’ bollos..!