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jueves, 1 de mayo de 2014

Andanza por nuestro idioma 17



Andanza por nuestro idioma              17

    
     Damos otro paso y frente a nosotros miramos jugando a un grupo de niños, y pensamos que siguen practicando los mismos juegos de siempre, los que jugaron los padres de nuestros padres en sus tiempos de niños, y los que jugamos nosotros en la infancia, y los niños de ahora juegan los mismos juegos con trompos y zarandas, con yoyos y perinolas; juegan y cuentan las cuarenta matas; siguen jugando el escondido y la candelita; corren jugando el librón o librado, y continúan montando en sus caballitos de madera, que a veces son palos de escoba; siguen soltando al viento los papagayos, cometas o volantines, continúan dibujando el juego del ahorcado y el juego de la vieja; continúan adivinando pares o nones; se entretienen saltando la semana de pisé o no pisé; hacen la ronda y afinan la puntería con las metras o canicas, en el juego de metras se conjuga una serie de aspectos como agilidad mental y habilidades y destrezas corporales y de inteligencia, se juega con reglas que son acordadas por los jugadores antes de iniciar los desafíos, además de las curiosas expresiones que animan el tiempo y las circunstancias del juego…  En medio del juego de metras escuchamos cuando dicen uno y otro jugador: monte o barajo monte; coronita o barajo coronita; barajo pujinche o cero pujinche o nada de pujinche; uñita o barajo uñita o nada de uñita; pepe y hueca o piche y hueca, pichihueca, o barajo pepe y hueca o barajo piche y hueca; hueca o barajo hueca; retruque o barajo retruque; carretera o barajo carretera; no hagas maraña, juego pero sin marañas, sin trampas ni quiriminduñes, tú eres marañista, te pasas de marañero; tú sabes que si haces maraña, la maraña sale; movible o barajo movible; limpio o barajo limpio; y guerra y persecución hasta la muerte; taima o tiempo para tomar un descanso; píntate o me pinto; dale agua o pata de jugador no estorba; estoy ruche o te dejé ruche; me dejaste ruche o me rucharon, pero estas metras que perdí, son las que yo les ruché ayer, estamos en paz, en casa tengo las mías; y cuando se está midiendo escuchamos decir: una cuarta, un jeme o un palmo; también para iniciar cada partida hay que lanzar la metra, para intentar quedar más cerca de la hueca, de la troya o de la raya limitadora y los jugadores dicen: raya o te pasaste de la raya, me toca a mí primero, quedaste de último…
     En mis tiempos de infancia cargábamos las metras en botellas o en múcuras, y todo lugar era propicio para hacer la hueca y comenzar a jugar… Esos momentos se hacían casi interminables, jugábamos bajo la sombra de algún mango, mamón, merecure, cotoperí, o en el patio de la escuela en el receso, en el solar de nuestras casas, o en algún recodo de la calle, sin importar si hacía madre solazo o si caía tremendo aguacero… Ahora miro y escucho a los niños, mientras realizan esos mismos juegos de mi infancia, y pienso y siento que siempre los niños seguirán el sendero de los juegos y de la alegría… Los observo y quiero que se diviertan con su agilidad mental y con sus destrezas y habilidades corporales y de inteligencia, con las reglas que ellos acuerdan, y deseo que en medio de sus entretenimientos no haya cabida para marañas ni quiriminduñes y tampoco para las groserías de palabras y actitudes… Ahora vivimos otras circunstancias en días actuales, los niños cuentan con otras ventajas de vida, pero siguen el curso de los mismos juegos con algunas variantes, y a ello se suman los nuevos entretenimientos de la tecnología en teléfonos celulares, en computadoras y en videojuegos… Escribo este canto por los juegos de los niños, y que los jueguen sin marañas ni quiriminduñes y sin groserías de ningún tipo…