Andanza por nuestro
idioma 4
Damos otro paso y avanzamos por este largo
camino placentero, y nos llega un sutil y dulce olor de flores, miramos a uno y
otro lado, y nos damos cuenta de que cerca de nosotros por el este se esparce
una tenue brisa, y en un recodo bajo sombras de chaparros está una planta de
azahar nevada de flores perfumadas, y hurgando recordamos que azahar nos llegó
de la palabra árabe alazhar, para
significar flores blancas, y entre ellas las del naranjo y limonero; aquí en
Venezuela a la planta azahar también se le dice jazminero, y los cafetos cuando
florecen se cubren de estrellitas blancas aromáticas, que igual se les dice
azahar… En Mérida le regalé azahares de un jazminero a Ilva, cuando hicimos
nuestra primera caminata, nos llegó la noche y también un soberano aguacero,
pero no nos detuvo tremendo chaparrón, los azahares eran de un jazminero en la
avenida Urdaneta, en un momento le dije que me esperara, que ya regresaba,
llegué hasta la planta, tomé unos azahares, olí su exquisita fragancia, y me
acerqué de nuevo a Ilva, le ofrecí las flores, las olió y se las colocó en la
cabellera castaño claro mojada…
Azar proviene de la palabra árabe azzahr, y significa el dado con que
jugamos, solemos decir que es la casualidad, el caso fortuito, cuando en
realidad es un asunto de causalidad; opino que debemos evitar los juegos de
envite y azar…
Asar por su parte proviene del latín assare, y consiste en preparar y hacer
comestible un manjar por acción directa del fuego o de la candela; es frecuente
escuchar las hipérboles ¡Este calor nos
quiere asar, este calorón me está asando,
o nos está asando...!
Pudiera suceder que, por cuestiones del
azar, de la casualidad o causalidad, estemos en un sitio listos para asar una
carne en vara, y de un rincón benigno nos sorprenda la brisa con un grato
perfume de azahar, y por muy bravo que sea el calor, se nos inunde el ánimo de alegría
y lleguemos a expresar ¡Gracias, Dios,
por regalarnos este momento con fragancias de cielo..!