lunes, 10 de diciembre de 2012


El espejo de agua de la represa

     La represa del Sistema de riego del río Guárico se construyó en 1956, según el diseño del Ingeniero italiano Generoso Capilongo…Desde ese entonces es el espejo de agua donde se peina Calabozo su hermosa y abundante cabellera de soles, estíos, tolvaneras y cabañuelas… Cuántas cosas podemos decir acerca de esta represa: gentes que murieron en sus trabajos de construcción, accidentes en cantidad a lo largo y ancho de su  cresta vial, la calamidad de los borales en época de lluvias abundantes, la falta de agua o en exceso según la magnitud de las lluvias, a veces el desastre de las inundaciones a lo largo de su cauce con sembrados arrasados, animales ahogados, personas damnificadas… Nos pueden sorprender sus linfas quietas, tranquilas como una llanura de aguas mansitas, también se presta para navegarla en bote en compañía de amigos pescadores con anzuelo, amantes de pescar “troleando” con los nailons, y hasta apuestan por ver quien pesca más, y para reírse del que no pesca nada… Una faena como esta se empieza muy temprano en la mañanita, porque ya el día anterior se ha hecho las debidas previsiones de las provisiones necesarias… Cada participante aporta: los que llevan el bote y cada uno de los acompañantes ya ha debido hacer su aporte para poder comprar las cosas necesarias… Un domingo acepté la invitación de unos amigos, para que yo me internara a la represa con ellos a pescar por primera vez en bote… Cuando llegamos al primer sitio escogido, empezamos a “trolear”, y así anduvimos hasta media tarde de un lugar a otro, no sé cuántas veces lancé el nailon, pero en una de esas veces logré “bautizarme”, cuando pesqué un pavón… Además disfruté mirando tal inmensidad de agua… Ya casi al final de la jornada, atracamos en la orilla opuesta a las compuestas de la represa, estas se veían pequeñitas y lejísimas desde donde estábamos… Antonio se alzó con el caldero para freír el pescado, Miguel asumió hacer las “viejas”, Juan se metió al agua ahí en la orilla, Freddy también se metió a bañar, yo pelé los plátanos maduros y corté las tajadas, mi compadre José buscaba leña y fue el que más se pudo reír ese día… Cuando estuvo listo todo el “friteo”, todos comimos en suficiente cantidad, después nos metimos al agua, cada quien contaba algún cuento de anteriores salidas, mientras sentíamos el agua fresca, zambullíamos y cuando “hacíamos pie”, sentíamos la arena sueltecita…Cuando ya se acercaban las sombras de la noche, un sol amarillonaranja declinaba entre nubes cual cortinas de sedas coralinas… Ese fue un domingo de cantos a la vida, a la amistad y al encanto que producen estos montes abiertos y tendidos sobre el horizonte verdeinfinito de esta llanura guariqueña… Y mientras seguía cayendo la tarde, yo sonreía sintiendo los olores y frescura del agua que caía sobre nosotros, cuando el bote en su rauda carrera la chocaba y la hacía saltar…




No hay comentarios:

Publicar un comentario